El 21 de octubre acudimos como todos los martes al evento Sunrise Blog promovido por Nativo Social que se celebró para esta ocasión en el Gigante Bar situado en la Alameda de Sevilla. Un servidor tuvo el placer de contar con el grupo de asistentes regulares, con lo que la confianza y la tranquilidad estaban servidas junto con un gratificante desayuno.
Para aquellos que lo desconozcan el Sunrise Blog es una iniciativa que tiene como principal objetivo el estímulo a través del grupo de la creación de contenido, además de, por supuesto, la puesta en común de consejos, actividades, herramientas, etc. que puedan servir para generar más contenido. Al evento acuden profesionales de empresas, blogeros y otros perfiles noveles, todos con la intención escribir más, de forma regular aumentando por tanto tráfico de visitas, ventas, etc. a través del mismo.
En esta ocasión abordamos una de las cuestiones que más preocupa a los escritores noveles de un blog personal o de empresa, el temor a la página en blanco. Obviamente la página en sí misma (sea en el soporte que sea) no puede ser la causante de semejante estado, además no es cierto que la página desde que estamos delante de ella esté en blanco ya que tiene más cosas de las que pensamos, de ahí el título de la exposición.
Lo primero que debemos hacer es una labor de investigación para conocer la verdadera razón que nos impide escribir. La división que realizamos fue en tres razones principales con algunas subdivisiones.
- La primer razón puede ser miedo, pero ¿ante qué o quién? De ahí elaboramos las siguientes causas. Sobre todo destaca el miedo a la crítica que puedan hacernos como escritores o a nuestros escritos particulares. También a que no nos lean, puesto que la red es amplia y hay tanto que leer, el tiempo es escaso, etc. que podemos pasar desapercibidos. Por supuesto miedo a no saberlo hacer, por un alto nivel de exigencia, la falta de técnica o simplemente porque hace tiempo que no escribimos. Finalmente podemos tener miedo a que nos guste, puede parece absurdo, pero el miedo a lograr aquello que durante tanto tiempo hemos deseado es real y diagnosticado.
- La segunda razón es que a la tarea de escribir antes de empezar no le veamos utilidad, puesto que consideramos que es una pérdida de tiempo y además no vamos a monetizarla rápido, es decir no vamos a ver recompensado nuestro enorme esfuerzo y tiempo empleado en ventas o dinero ganado por ello.
- La tercera y última razón es porque nos sentimos incapaces, ya que la tarea de escribir es ajena a nosotros, siempre ha sido para unos pocos escogidos o porque hace mucho tiempo que no escribimos y ya no podemos hacerlo, incluso porque no somos capaces de relacionar esta tarea con nuestro negocio, de extraer temas apropiados, etc. Pero dentro de este motivo, destaca que no valoramos lo que tenemos que decir, como se puede ver muchas de las razones que esgrimimos como «miedos» son psicológicas y causadas por nosotros mismos.
En este proceso ante la página vacía, lo siguiente que debemos hacer es encontrar cuál es nuestra razón para escribir y que nosotros hemos dividido en 4 principalmente. La tarea de escribir puede ser por placer puro, por trabajo -para nuestra empresa u otras-, como un ejercicio para mejorar nuestra comunicación, destreza, etc. o como terapia/desahogo ya que es uno de los primeros recursos que suelen dar en psicología para quedarnos mejor con nosotros mismos y abordar los problemas con otra perspectiva. Si conocemos el motivo para escribir podremos afrontar de una manera más adecuada nuestra tarea, escogiendo técnicas, herramientas, etc. apropiadas.
Posteriormente acudimos a la división clásica pero no por ello menos recomendable entre escribir por placer o por trabajo. Si escribimos por placer hay una serie de características que no debemos olvidar como son:
– al placer le corresponde placer, es decir nada de agobios, ni estrés a la hora de crear.
– la inspiración y el talento tienen vía libre y son las que nos dominan.
– el momento para escribir es variable en función de la inspiración, las ganas…
– No es necesario revisar tanto nuestro texto y tampoco ser tan perfeccionista.
Luego atendimos a algo que llamamos el «placer negociable«, que es ese en el que nos autoconvencemos de que podemos escribir un poco todos los días, porque nos gusta pero sin exigirnos, ponemos nuestro ambiente, sonreímos y adelante, pero cuando aparece la presión del tipo que sea (alguien nos pregunta o han pasado días sin poder escribir, etc.) comienza el agobio nos paraliza y lo dejamos. Es decir que el placer negociable no existe o se escribe por placer o por trabajo pero en medio no hay nada.
Puesto que el perfil que acude a este evento es profesional, empresarial, dejamos a un lado la escritura más literaria ya que tiene ciertas diferencias en los procedimientos y objetivos para centrarnos más en la escritura orientada al trabajo. Sin olvidar que muchas de las técnicas que se proponen también son válidas para la escritura creativa.
Una vez encontradas las razones que nos paralizan y las que nos mueven a escribir llegó el momento de los remedios. El primero de ellos, básico y evidente es leer, en el soporte que sea (libro, revista, web, etc.) y sobre nuestros gustos, nuestro negocio o sobre otras cosas que desconozcamos pero siempre quisimos saber o tener opinión. El segundo de los remedios es utilizar o acudir a nuestras herramientas para sistematizar todas esas lecturas que nos sirven de fuente para nuestra creación y que van desde la tradicional biblioteca, hemeroteca o revistero hasta los ficheros de favoritos, repositorio de RSS, Feedly o las Yahoo pipes.
Tocaba abordar la cuestión de las ideas y los temas para poder crear contenido cuando estamos en blanco. Distinguimos 4 recomendaciones:
– Retomar una idea o tema antiguo, puede servirnos para recordar sobre qué queríamos escribir, las palabras clave, la línea de investigación que empezamos, etc. con ello lograremos además terminar una vieja tarea y esto es satisfacción doble.
– Tomar temas o ideas ajenos. Sin llegar al plagio, podemos escribir sobre cosas que ya hayan dicho otros, o esté de moda, como un buen principio para empezar, y buscaremos la manera de darle la vuelta, de decir algo más, ponerle nuestro toque personal, relacionarlo con nuestro negocio. No siempre debemos quedarnos ahí puesto que también se valora la originalidad.
– Ideas o temas tradicionales. Aunque pensemos que están manidos, que ya no se puede extraer nada lo trataremos dándole la vuelta al tema, aportando un nuevo punto de vista, dando nuestra opinión, etc. es decir algo distinto a lo que hayamos leído ya sobre esa idea o tema.
– Pedir temas o ideas, a nuestros seguidores, amigos, clientes, etc. sobre algo que siempre quisieron saber o algo que olvidaron. (Para las empresas, si es posible que se relacione con nuestro negocio mejor).
Otra de las fuentes para escribir es el contenido relacionado, bien sea con nuestro negocio o con nosotros mismos. Si escogemos la opción primera debemos tener en cuenta que NO vamos a intentar vender el producto o servicio en nuestro artículo directamente, sino que vamos a centrarnos en aspectos relacionados con ellos y nuestro negocio, como los materiales de fabricación, los canales de distribución, la historia de la empresa, de un producto, los procesos, el lugar del que procede algún material o el servicio, cómo se hace en otro lugar, los resultados, cómo se actualiza hoy día o las emociones y beneficios que puede provocar en el cliente.
Para la segunda fuente debemos tener en cuenta que las empresas las componen personas y el público, ahora más que nunca quiere negocios e historias personales, así pues podremos hablar del equipo nuestro, de cómo montamos la empresa, el por qué, cómo llegamos hasta ella, curiosidades relacionadas, historias de éxito y de fracaso o sobre qué nos gusta además de nuestro negocio.
Una de las premisas de Nambaruan es la práctica así pues llegó el momento de los ejercicios para superar el miedo a la página en blanco. En primer lugar debemos centrarnos en el ambiente que cada uno deberá adecuar como más le guste (café, música…) y por supuesto si nos sentamos a escribir es a escribir, nadie nos espera, no tenemos que salir a… ni nada por el estilo, concentración máxima.
Tratamos en primer lugar ejercicios para generar ideas, basados en:
- El tradicional Brainstorming, esto es, en un tiempo mínimo (1 minuto) escribir todas las ideas o temas que se nos ocurran sin ningún tipo de filtro.
- Técnica de Vaciado. Es parecido al anterior pero en este caso no paramos, es decir, partimos de un tema o idea y la continuamos “a modo de historia”. No determinamos tiempo, se para cuando no hay nada más que decir. A continuación hacemos la criba de lo escrito para rescatar el o los aspectos que nos parezcan más destacables.
- Asociación de Ideas. Podemos hacerlo nosotros mismos o preguntar a otra persona, sobre qué le sugiere determinada palabra o concepto (relacionado con nuestro negocio) y luego preguntarle a una segunda por la misma u otra palabra. Puede ser un buen ejercicio para desarrollar la creatividad, no olvidemos que asociar ideas distintas es el principio de la metáfora.
Ejercicios más relacionados con las propiedades del texto:
- Es uno de los primeros ejercicios para escritores intentar describir un objeto, una persona, una imagen, etc. primero en 10 líneas, luego ampliamos a 20 y así sucesivamente.
- Extensión. Las tecnologías nos brindan la posibilidad de ser muy concisos (Twitter), algo más extensos (Blog), un poquito más (Web) o muy extensos (Folios). Intentar decir exactamente lo que queremos según el medio nos obliga a reducir las ideas, las frases, etc. o a ser detallistas y extensos.
- Disposición. Juega con las ideas. Una vez la puedes poner al principio del texto, pero en otras ponla al final para guardar más el secreto. También lo puedes hacer circular, es decir tomar la idea al principio y luego al final a modo de recordatorio.
No nos olvidamos del estilo, para el que recomendamos que juegues con los pronombres personales, los verbos, esto es, haz el texto en primera persona del singular (yo), luego pásalo a usted o al tú. Juega también a hacerlo más coloquial o más serio cambiando el vocabulario, de esta forma encontrarás tu estilo y el que necesita tu empresa.
Finalmente tratamos la cuestión del “después” de nuestro artículo, distinguiendo 3 tipos de después.
El 1º, “hemos escrito”. Al artículo le damos un día para revisarlo, ver qué cambiamos, etc. pero se da por terminado al día sino no acabaremos nunca. Luego lo pasamos a alguien no conocido, de nuestro círculo empresarial para que lo revise sino tenemos a nadie podemos colgarlo en algún foro y pedir opiniones.
El 2º, la crítica. Debemos estar preparados para recibir críticas tanto buenas como malas y tanto unas como otras nos deben afectar en su justa medida. Podemos hacer un mal artículo y no por ello abandonar la escritura.
El 3º, la alabanza. Tampoco somos los mejores cuando un artículo ha recibido muchas visitas o comentarios o ha tenido una buena circulación. Entonces pensamos que hemos tocado techo y buscamos que el siguiente sea igual o mejor y como no lo es, nos bloquea y dejamos la página en blanco. Debemos continuar escribiendo como siempre.
Por último hicimos un recordatorio importante. Y es que no somos ningún grande de la literatura, pero somos nosotros y por tanto no debemos caer en infravalorarnos, o creer que no podemos o somos torpes por no encontrar el tema, etc. Las claves de la escritura las resumimos en 3 conceptos que son, constancia, lectura y nosotros mismos, debemos conocer la dimensión y el tipo de escritor que somos para no caer en frustraciones, agobios, etc. podemos ser escritores de blog personal, gestores de contenido de empresa, etc. cada uno tiene unas características, objetivos y debemos conocerlos como ya hemos dicho. No esperes más y escribe te estamos esperando.
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