El pasado miércoles hicimos un año desde la constitución oficial de Nambaruan como cooperativa. Ni que decir tiene que llevábamos trabajando en ello bastante más tiempo pero fue, en este justo momento, en el que nacimos con muchas ganas de trabajar, con muchos sueños y esperanzas y, también, con muchas horas de esfuerzo.
No pretendo que esta entrada sea algo nostálgico y trasnochado sino mirar atrás con orgullo, lamiéndonos las heridas que aún están abiertas y mirando las cicatrices que nos hemos ganado. Ha sido y es difícil seguir adelante, todo aquel que empieza con una empresa lo sabe, el mercado es complicado, cambiante, hay que adaptarse con rapidez, definirse, ser elástico y resiliente, profesional y atrevido, a ratos prudente y a ratos temerario, muchas cosas que te acercan algunas veces a la locura más que a la razón.
La razón, pero con otro significado, de escribir esto es homenajear en su justa medida a todas las personas que creyeron en nosotros, las que se cruzaron en nuestro camino y nos hicieron aprender, las que nos criticaron, con las que trabajamos y soñamos, con las que empezamos proyectos que nunca terminaron, las que lloraron a nuestro lado, las que celebraron nuestros éxitos y las que se lamentaron de que siguiésemos adelante.
Gracias a David por creer en nosotros, a Macarena y Marta por ayudarnos a centrarnos, a MA por ser uno de los más grandes de Sevilla, a Antonio y Juanjo por cedernos un pedacito suyo y por los momentos mágicos, a Ester por las charlas, a Vicen por que siempre estuvo ahí, a Javier por cuidarnos, a Maite por darnos la mano, a Jaime y Alberto por el cobijo, a Marta y Raquel por los desayunos, a Javier por escucharnos, a José Antonio por dar ese paso con nosotros, a la gente impresionante de la WordCamp, a la otra Ester, a Ernesto y Manuel por confiar, a Nucho por acercarnos más a nuestros niños interiores, a Cristóbal por abrir nuestras mentes, a Miguel Ángel por hacernos soñar, a Susana, Teresa, Vanesa, Karina, Marcelo, Lieny, Sayuri, Gyulfera, Lida y un largo etcétera por ese mes tan maravilloso que compartimos, a Asier por muchas cosas, a Lucía y toda su gente por tocar nuestros corazones, a Teresa por lo que está por venir y a todos y todas los nos habéis soportado y nos soportáis.
Por último, a nuestras familias y parejas, ¡tenéis el cielo ganado!
Gracias de corazón. A por siguiente año.
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