Con mucha frecuencia hablando con otros profesionales del sector, en vivo y a través de internet, nos encontramos una proliferación terrible de términos traídos del mundo anglosajón. Hablamos de SEO, SEM, SMM, engagement, KPIs, ROI y un larguísimo etcétera. Cuando nos reunimos con nuestros clientes, ¿debemos hablar en los mismos términos o debemos adaptarnos al estilo de comunicación de nuestros interlocutores?
Desde nuestro punto de vista abundan los tecnicismos pero debemos ir paulatinamente hacia la adaptación. Nos encontramos en este sector en el mismo punto que marcaba y marca la diferencia entre la ciencia pura y la divulgativa, si tal diferencia existe. Las agencias de comunicación 2.0 se encuentran cada vez más tecnificadas, los indicadores cada vez son más complejos y las formas y métricas cada vez más diversas. Entonces, ¿para qué este esfuerzo?
Los clientes, en su mayoría, no entienden de estos términos o sólo tienen una vaga idea de ellos: quieren que les ayudemos a implantar su negocio en internet, en las redes sociales, que diseñemos campañas social media pero con una idea vaga de lo que ello significa. Luego es nuestra labor en estos tiempos de un alto intrusismo profesional acercar nuestro trabajo y nuestro lenguaje al cliente, de tal forma que la comunicación sea clara y sencilla. El foco y el receptor del mensaje deben hablar en el mismo canal.
Recientemente estudiaba un caso presentado en una empresa norteamericana donde se había creado un grupo multidisciplinar de ingenieros y de creativos que, aunque con objetivos comunes, no eran capaces de trabajar juntos sin que surgieran conflictos. El jefe del proyecto estudió concienzudamente al personal que se encontraba a su cargo y, tras un análisis, modificó su estilo de comunicación para presentar o rebatir ideas, informes o conclusiones. Al grupo de ingenieros les mostraba cifras, informes de gestión, índices, planos y esquemas mientras al grupo de creativos les mostraba tendencias, influencia, objetivos y participación. El director prefirió incluso no enseñar ciertos datos a según que grupos a sabiendas de que no sabrían qué hacer con ellos.
En definitiva, debemos ser más didácticos como los buenos profesores y ser pacientes, adaptando nuestra charla al nivel de nuestra audiencia. En lugar de social media plan, plan de redes sociales; en lugar de KPI, indicadores de rendimiento.
¿Cuál es vuestro caso?
Comments (2)
Yo, como trabajo en inglés, no tengo problema con los anglicismos. Pero la discusión sobre la traducción de términos no es nueva, ya pasaba en Física. A pesar de que existen términos en español para conceptos como bremstrahlung (radiación de frenado), ningún científico usa el equivalente español. Y qué pasa con los acrónimos? Si son buenos, sue hispanizan y se quedan, como, por ejemplo, LASER. Saludos desde las germanias!
Por supuesto que no es nueva pero al moverte en ese ámbito científico tanto emisor como receptor entienden los términos, pero cuando hablas con alguien que no sabe de física no utilizas las mismas palabras para hacerte entender. Es decir, si le hablas a alguien del SEO quedas muy ‘cool’ pero necesitas hacerle comprender a tu interlocutor de qué estás hablando. Amigo Juan, gracias por el comentario. Un abrazo desde el infierno de Sevilla.